Aquí se muestra la situación exacta del pueblo que aparece en la historia y la mítica cueva bajo la cual está la pirámide. 

Dork, reino de los humanos.  De capital homónima

En este país perdura la jerarquía medieval el rey Nerón es el que tiene más poder seguido de la nobleza y la glesmia, el 80% de la población son campesinos analfabetos agrupados en feudos, el resto se localizan en las grandes ciudades. En Dork capital está la sede de la iglesia Darshámica, "El divano" . 

Una parte de sus territorios yacen bajo el agua, por castigo divino. Allí cuentan que se erguía el Santuario de Fesde, donde, la leyenda dice que, escondieron la Llave del Agua.  Tras la unificación, Drok pasó a expandierse por todo Ármagon provocando rebeliónes por parte de los elfos que rehusaron entregar sus territorios. 

Todos los reinos están regentados por el consejo de reyes, un parlamento en el que se discuten las situaciones estatales de importancia e impide las guerras. A su vez el consejo de sabios elfos les orienta sobre los asuntos mas delicados.

Templo de las almas, gran pirámide donde está la puerta entre los mundos, destinada a albergar el regreso del Hijo de los dioses.

En la tierra, la pirámide está enterrada bajo una montaña. Fue construida en el principio de los tiempos tras la guerra de los cielos como nexo cosmico que traerá de vuelta al salvador. Permanece cerrado durante milenios ya que entrar en el se considera una gran balsfemia y un delito.

Mognos, reino de los enanos. Su superficie es desértica y tiene poca vegetación, por ello han escavado ciudades subterráneas y túneles de comunicación. Sus tierras son ricas en oro y hierro lo que les da ventaja militar.

Allí se encuentra la boca del Áramo, o lo que sería para nosotros la boca del infierno. Tierras muertas, rodeadas de mares igual de muertos, donde nunca va nadie. Son tierras malditas, donde descansa el mal enterrado vivo.

Lo rodea un gran desierto en el que, con tan solo pisar su superficie, te quemarías vivo. Bajo él se encuentra el Santuario del Fuego, o de Orga, su dios. 

Subsuelo de Ármagon. Túneles laberínticos, subterráneos llenos de cavernas y ríos. Ahí habitan toda clase de criaturas, desterradas de la superficie por desertores y traicioneros, en la guerra divina.

Bajo todo ello está el corazón del mundo, lugar del que se nutre la tierra. Allí está encerrada el alma del hijo de Ásnak, el mal primigenio que nunca ha de ser liberado. El más fuerte, custodiado por feroces criaturas, que no permitirán que nadie pise el corazón.

Si el ser llega a ser liberado, que los dioses se apiaden de nuestra alma.

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Fogos, reino de los elfos. Su capital es la ciudad Fogos, de ahí el nombre del reino.

Está lleno de vegetación y ciudades impactantes. Los elfos moldearon esas tierras y allí adoraron a la diosa Ezrra, que se les apareció en la ciudad, para admirar su belleza. Construyeron un grandioso Santuario en ese lugar, donde peregrinos de todo Ármagon viajan cada año a rezar a la diosa madre. Se dice que la Llave de la tierra fue escondida en este Santuario, pero jamás ha sido encontrada.

A lo largo de los siglos ha sido objetivo de los humanos, que intentaron conquistarlo en las cruzadas Darshianas, donde fueron quemados todos los escritos que hablaban de las llaves.

La paz llegó con el concilio de los Cuatro Reinos tres siglos después.